Juan de Adarvia se erige en juglar de la ciudad de Cáceres. Surge de su refugio situado en una dimensión intemporal ubicada entre sus calles y plazas para revelar a un poeta local los entresijos de la historia a través de poemas llenos de sentimiento y de recuerdos de algunos de los principales habitantes y sucesos que la conformaron a lo largo de los siglos transcurridos. Una vez cumplida su misión regresa al mundo espectral que se oculta en los rincones más desconocidos del casco antiguo cacereño.El autor cumple su compromiso con él al divulgar sus sentidas revelaciones a los lectores a través de esta obra. Los excelentes dibujos de Julián González de la Montaña ponen el rostro al misterio que la narración y los versos manifiestan en los textos de la parte literaria.
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